B I O G R A P H Y
Marina Castells se encontró con la fotografía de muy pequeña. Durante los viajes escolares, su
antigua cámara de carrete era más importante para ella que cualquier otro accesorio. Tanto
que, al cumplir los 18 años, su padre decidió regalarle una réflex. Cuatro años de diversión y
cientos de imágenes después, aquella placentera distracción empezaría a tomar forma de
profesión. Y a convertirse en un estilo de vida.
El camino que separa a la Marina estudiante de un módulo de imagen de la Marina apodada
por el programa Popap de Catalunya Ràdio como “la fotógrafa de los famosos” arrancó con una
sesión para la marca de ropa Vinatge-Me Shop, protagonizada por la actriz Greta Fernández. A
partir de ese momento, el boca a boca entre las amigas y amigos del gremio empezó a generar
una ola de recomendaciones que terminó sumando a su lista de fotografiados nombres como
los de Joan Laporta, Laura Escanes, Enric Auquer, Lluis Soler, Anna Barrachina,
Carles Francino, Nacho Fresneda, Carlos Cuevas, Diana Gomez, Pep Ambrós,Jessica Goicochea,
Manu Fullola, Alain Hernández, David Verdaguer, Laia Manzanares, Aida Folch,
Asha Miró, Albert Baró y Txell Aixendri, entre muchos otros.
Sesiones de moda para firmas como Pronovias, Kaotiko o Bosanova, imágenes publicadas
en medios como Vein Magazine, Madmenmag, El Mundo, La Vanguardia, ABC, Hola, Divinity,
Lecturas. Diez minutos… y numerosos books para actores, así como la dirección
de vídeos musicales, de moda, artísticos y booktrailers, conforman su porfolio.
El estilo de su fotografía es resplandeciente y directo, influenciado por la luz y los colores del
verano ampurdanés. Sus retratos buscan captar la esencia, la transparencia y la comodidad del
alma por encima de la apariencia perfecta. Potenciar el carisma global de la persona en lugar
de quedarse en lo meramente estético. Muestra de ello fue su exposición Somos un poco
dramón, una serie de retratos de actores llorando de forma intencionadamente patética que
buscaba romper el halo de perfección que suele envolverlos.
Marina Castells vive y trabaja en Barcelona, aunque su auténtico hogar se encuentra en un
pequeño pueblo llamado L’Armentera. El trato cálido y desvergonzado que ofrece, en conjunto
con su habilidad para gestionar redes sociales, la ha colocado entre los fotógrafos favoritos de
esta nueva generación de celebridades.